¿Cómo será la ciudad posterior a la crisis...?. Para responder a esa pregunta, toca hacer un alto, un paréntesis en el devenir de la ciudad, para reflexionar sobre su forma y modelo de desarrollo.
El municipio debe impulsar el desarrollo de sus sectores de desarrollo productivo, diversificando los usos, agilizando su gestión de desarrollo y mejorando las infraestructuras básicas y de transporte.
El municipio ha de promover una ciudad más verde, que ponga en valor el río Jarama como elemento vertebrador de la ciudad, y de relación con su entorno natural, fomentando la interacción de los vecinos con carácter lúdico y deportivo con un entorno natural y rural a revalorizar, actuando sobre espacios degradados como las graveras al norte del polideportivo.
El municipio debe impulsar una ciudad más dinámica, continuando con la mejora y singularización de casco urbano y centro histórico como foco de una centralidad comercial abierta. Poner en relación la ciudad con la vega y el río, debe hacerse por medio del reforzamiento de ejes históricos como el de la calle Huerta y el Paseo de los Chopos, estructurando un amplio sistema de dotaciones, zonas verdes y áreas comerciales, deportivas y recreativas.
El municipio de San Fernando es una ciudad media a escala humana con un modelo de movilidad sostenible que clarifique, unifique y amplíe itinerarios y zonas peatonales y ciclistas, e integre el uso de la bici con el autobús, el metro y el tren.
San Fernando ha de dar respuesta residencial a las necesidades futuras de su población actualmente residente, por medio de un modelo de desarrollo residencial social y ambientalmente sostenible, que anteponga estos valores a los puramente especulativos y mercantiles de la promoción inmobiliaria, a través de uno de los ámbitos del PG de Madrid pendiente de desarrollo, pegado a nuestro término, en continuidad con nuestro casco urbano.
A grandes rasgos, ese es el San Fernando que hay que empezar a dibujar desde la práctica urbanística, para sacar un proyecto de avance de plan, que anticipe ese modelo de ciudad y sirva de base al debate cívico.
El municipio debe impulsar el desarrollo de sus sectores de desarrollo productivo, diversificando los usos, agilizando su gestión de desarrollo y mejorando las infraestructuras básicas y de transporte.
El municipio ha de promover una ciudad más verde, que ponga en valor el río Jarama como elemento vertebrador de la ciudad, y de relación con su entorno natural, fomentando la interacción de los vecinos con carácter lúdico y deportivo con un entorno natural y rural a revalorizar, actuando sobre espacios degradados como las graveras al norte del polideportivo.
El municipio debe impulsar una ciudad más dinámica, continuando con la mejora y singularización de casco urbano y centro histórico como foco de una centralidad comercial abierta. Poner en relación la ciudad con la vega y el río, debe hacerse por medio del reforzamiento de ejes históricos como el de la calle Huerta y el Paseo de los Chopos, estructurando un amplio sistema de dotaciones, zonas verdes y áreas comerciales, deportivas y recreativas.
El municipio de San Fernando es una ciudad media a escala humana con un modelo de movilidad sostenible que clarifique, unifique y amplíe itinerarios y zonas peatonales y ciclistas, e integre el uso de la bici con el autobús, el metro y el tren.
San Fernando ha de dar respuesta residencial a las necesidades futuras de su población actualmente residente, por medio de un modelo de desarrollo residencial social y ambientalmente sostenible, que anteponga estos valores a los puramente especulativos y mercantiles de la promoción inmobiliaria, a través de uno de los ámbitos del PG de Madrid pendiente de desarrollo, pegado a nuestro término, en continuidad con nuestro casco urbano.
A grandes rasgos, ese es el San Fernando que hay que empezar a dibujar desde la práctica urbanística, para sacar un proyecto de avance de plan, que anticipe ese modelo de ciudad y sirva de base al debate cívico.
La revisión del plan concretaría, clarificaría y reforzaría el modelo urbano y territorial diseñado en 2002, corrigiendo las disfunciones observadas en estos años de gestión y desarrollo del plan vigente.
No es sólo un mapa de colores, el plan tiene gran importancia, porque define la estructura urbana y territorial del municipio, con el régimen de calificación para usos globales del suelo y características de los tipos de edificación que comprende cada uso... ¡cada color representa un uso de suelo diferente...!. Asimismo no solo refleja la ordenación de zonas urbanas consolidadas y posibles áreas de reforma dentro de estás, sino que señala la estructura de usos y viaria de las nuevas zonas urbanizables.
Se establece también una ordenación y régimen de usos del suelo del entorno rústico no urbanizable, señalando zonas de protección ambiental, zonas de protección y fomento de actividades agrarias, zonas de carácter lúdico y agrícola, así como zonas verdes de carácter forestal y recreativo en ámbitos degradados a recuperar, estableciendo el deslinde de una red de caminos rurales para uso agrícola en los casos necesarios, peatonal y ciclista con el fin de hacer accesible todo el territorio, potenciando la interacción de los vecinos con su entorno natural.